Dias de Lampear
La densa niebla tempranera,
entristece a la pálida alborada;
Mientras trinos sollozos se escuchan,
de los entumidos pajarillos de la mañana.
Se escucha la hornilla arder con leña,
el mote, y el café en plena humareda;
Se percibe su aroma junto a las arvejas,
Revelando así el mañanero potaje.
Uno a uno, llegan los comensales
Con lampa al hombro muy afanados.
¡Buenos días de Dios señor! Es el saludo,
mientras al corredor a pasar, el anfitrión invita.
En seguida la esposa comienza la servida,
del mote, y arveja en el plato rebozando,
mientras las hijas vierten en los jarros,
chorros de ardiente café, para anular la helada.
Entre profecías del día, y la tarea que les espera,
alguna broma, y carcajadas desenfrenas,
Los peones se sirven los alimentos,
disfrutando de sorbos de la calida bebida.
Satisfechos con el banquete se incorporan,
y ansiosos se dirigen al rastrojo,
No sin antes, y para el antojo,
Una copita de aguardiente tomar.
Todos listos en sus lugares,
Sus sombreros en mano…
Una oración al creador para empezar el día…
Y todos en ese momento comienzan a Lampear…
Siul Otrebla